16.11.2007 – 13.01.2008
Sala B.
Comisario: Ignacio Pérez-Jofre
Coproducción con la Unviersidad de Vigo
ARTISTAS: CARLOS ALDAO, MIGUEL CUBA, J. F. DE LAIGLESIA, JUAN LOECK, SARA FUENTES, FRANCISCO MEANA, JOSÉ M. MOURIÑO, EDUARDO OUTEIRO, MARTÍN R. CAEIRO, ANA SEOANE
Con el título Hacer y dejar de hacer el comisario Ignacio Pérez – Jofre reúne a un elenco de artistas pertenecientes al grupo de investigación PE1 de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, para que reflexionen sobre el sentido de la acción y la no acción, y su influencia sobre la realidad de las cosas.
Frecuentemente la omisión de una acción tiene consecuencias y, por tanto, se transforma también en una acción en sí. Dejar de auxiliar a un accidentado, no movilizarse ante injusticias sociales o políticas, no cumplir compromisos, etc., tienen consecuencias que sin duda convierten a la falta de acción en una acción en sí misma. ¿ s posible inhibirse de la acción en términos absolutos?
Por otro lado, hay multitud de acciones que parecen inútiles. Las tareas cotidianas repetitivas que parecen no llevarnos la ninguna parte; el trabajo de toda una mañana anulado por un fallo informático; la preocupación por problemas futuros, que aún no se produjeron o la preocupación por problemas que existieron en nuestro pasado.
El comisario propone a los artistas reflexionar sobre todas estas cuestiones de forma metafórica, a través de la producción de obra. No se trata por tanto de una exposición de documentación, sino que mediante la instalación, la fotografía, la escultura o la pintura, se va articulando una muestra que ensambla de forma certera diversos modos de acercarse a la cuestión.
LAS OBRAS
Así, la exposición se estructura en varias líneas narrativas, atendiendo a las diferentes propuestas resultantes. Los enfoques van desde una posición intimista, en la que el dejar de hacer es entendido como una opción vital, materializada en piezas como Heroína, un rótulo luminoso de Ana Seoane (Santiago de Compostela, 1981), en el que se puede leer la palabra “heroína”, como ilustración del reclamo que dicha sustancia ejerce para los heroinómanos y como metáfora de la pasividad vital en la que estos se encuentran; como dejan de ocuparse de los quehaceres cotidianos normales y las relaciones afectivas, etc…. Otra pieza que podría englobarse en este enfoque intimista es el vídeo de José Manuel Mouriño (O Carballiño, Ourense, 1971), titulado “Faustine 1939”; en el que recupera una película doméstica grabada en Super8, con una mujer inmóvil contemplando un acantilado. Alusión al estado contemplativo, de suspenso temporal.
Hay en la exposición un enfoque más social, a través del cual se alude a sus más y sus menos como la proliferación urbanística, como sucede con la pieza S.T. de Sara Fuentes (Ourense, 1980), una instalación formada por multitud de pequeñas casas de cartón apiladas en una mesa de caballetes; o la obra de Juan Fernando de Laiglesia (Madrid, 1946), titulada “Playa de Canelas”, consistente en una imagen fotográfica del lugar que le da título, en la que se ven unos depósitos de combustible y una copia de la misma imagen realizada en óleo sobre tela; en ella, en lugar de los depósitos, se puede ver el paisaje antes de la construcción de dicha instalación industrial. Juan Fernando llama a la fotografía original y a la pintura copia, en un irónico ejercicio de restablecimiento, por medio de la pintura, de una realidad más deseable que lo que nos muestra el registro fotográfico.
Una tercera línea temática estaría formada por obras que reflexionan sobre el propio quehacer artístico, como una dinámica de alternancia entre el hacer y el no hacer. Destacan en este capítulo piezas como “Arte, el arte como artefacto” del pontevedrés Martín Caeiro (1972). Un vídeo que muestra el proceso de desmontaje de una exposición suya. Una mirada poética sobre los intersticios de la producción artística. Eduardo Outeiro (A Coruña, 1981) presenta una escultura consistente en un palé restaurado, tratado como un mueble antiguo, que nos invita a reflexionar sobre la recuperación y apreciación de aspectos del entorno que son maltratados y desechados. El cántabro Juan Loeck (Santander, 1962) cuya obra de los últimos años se centra en los procesos creativos y la influencia del tiempo, presenta un tríptico fotográfico, compuesto por un texto en el que explican las dos imágenes que lo acompañan, ambas consistentes en la acción de la naturaleza, materializada aquí en la forma en que el lento crecimiento de los árboles es en sí una acción que, por la diferencia de escala temporal, semeja a los ojos del paseante una no acción. En la primera de las imágenes, el artista recrea una obra del portugués José Pedro Croft, consistente en una casa de granito que altera su estructura inicial para respetar la existencia de un árbol que cualquier constructor hubiera talado. Es una obra que se puede ver en la Isla de las esculturas de Pontevedra. Una imagen a la que Loeck añade a una de sus hijas, introduciendo otra unidad de medida, otra escala de tiempo, la del crecimiento del ser humano. En la otra fotografía se puede ver como una palmera se deja abrazar/ahogar por un tejo, hecho que al artista le parece una buena ilustración de cómo el dejar hacer tiene consecuencias diversas.
En la línea argumental de la inutilidad de algunas acciones, nos encontramos con La day in the life, una interesante pieza audiovisual de Miguel Cuba (Lugo, 1982) quien recreando un formato de videojuego, una parodia de los Sims, ilustra la inutilidad que frecuentemente lleva implícito el quehacer cotidiano de cualquiera de nudos.
Por último, destacamos la pieza titulada “Dispositivo de captación de potencialidades”, del artista Fran Meana (Avilés, 1982), consistente en una instalación sonora que recoge el ruido provocado por la vibración de un papel, mecido por el aire en movimiento de la sala, y que es amplificado. Un ejercicio de recopilación de las huellas que dejan ciertas acciones frecuentes y cotidianas, como el hecho de caminar por un espacio y provocar el movimiento del aire. La pieza se convierte así en un catalizador de acciones mínimas que tienen que ver con el movimiento físico cotidiano y que, traducidas a sonido, evocan otras acciones que nunca se realizaron, incorporando la presencia del espectador, que es quien activa la obra.
EL PROYECTO
El montaje conforma un conjunto heterogéneo expuesto con un gran rigor expositivo, en el que el comisario supo mantener un difícil equilibrio entre la individualidad de cada pieza y su visión de conjunto. Es de destacar la valentía mostrada por los profesores y alumnos participantes, al acceder a colaborar en un mismo proyecto expositivo, minimizando la enorme distancia que separa a la trayectoria artística de ambos grupos y demostrando con eso una actitud que supedita cada trabajo individual a la finalidad del proyecto que no es otra que mostrar al público el resultado de un proceso creativo.
Este proyecto es el resultado de un acuerdo de colaboración entre la Fundación Laxeiro y la Universidad de Vigo, mediante el cual se incluye en la línea programática de la Fundación Laxeiro, dentro del apartado de apoyo a los creadores emergentes, el trabajo de jóvenes artistas de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, posibilitando así una visibilidad de sus investigaciones que, de otro modo, quedarían reducidas al ámbito universitario y académico.