11.10.2003 – 07.12.2003
Sala B. Fundación Laxeiro
Comisario Javier Pérez Buján
Por segundo año consecutivo, la Fundación Laxeiro presenta una exposición en la que se muestran piezas que por primera vez pueden ser contempladas por el gran público. Formada por dibujos procedentes de colecciones particulares, fruto del trabajo de catalogación que la Fundación está llevando a cabo desde el año 2000, la muestra está compuesta de treinta piezas pertenecientes a su primera época.
La exposición está estructurada en dos partes: la primera que recoge dibujos y bocetos de la década de los años treinta, un tiempo decisivo en su trayectoria, tanto vital como artística, ya que en estos años organizó su peimera exposición individual, conoció a compañeros de generación, como Seoane y Maside, participó en la Guerra Civil, donde trabaría amistad con Celso Emilio Ferreiro, viajaría a Madrid, para estudiar en la Academia de San Fernando, se casaría, nacería su hija. Una década llena de vivencias plásticas y vitales que iría conformando su personalidad y en la que se afirmaría como una de las figuras fundamentales de la Renovación plástica gallega.
La segunda parte de la muestra, está centrada en piezas pertenecientes a la década de los años cuarenta, en la que su versatilidad debujística alcanza momentos interesantes, tanto en el trabajo retratístico que el artista cultivó durante toda su vida, como abordando otros temas, siempre relacionados con el mundo de la cotidianeidad, combinados con apuntes y retazos de elementos del pensamento mágico tradicional que tan bien supo reflejar en su obra mayor.
Maternidades, escenas de la vida cotidiana, paisajes rurales, retratos y algún tema relacionado con el mar, producto de su estancia en Vigo a partir del año 1942, completa la temática de la exposición. Es curioso comprobar de primera mano, como el artista trabajaba lo que luego serían cuadros sobre tela, combinando la espontaneidad de su forma de dibujar, siempre resolutiva y rápida, con reflexiones en busca de resolución de problemas técnicos.
En estos dibujos hay ya ejemplos de influencias del Picasso de la época neoclásica, tan fundamental en la consecución de su “estética granítica”, así como bocetos de cuadros tan representativos como “Entroido” del año 1947 que se puede ver en el Museo Maside en Sada.
Con esta muestra, la Fundación Laxeiro inicia su temporada de otoño, acercándonos el aspecto más íntimo del Maestro de Lalín, el dibujo sobre papel, mediante la aplicación de tintas, lapiz o sanguina. Una de las técnicas que Laxeiro más utilizó, quizás bien conocida por los aficionados más cercanos a la figura del artista, pero no demasiado familiar para la mayoría del público.
